Decirle adiós a un ser querido, a un familiar es muy difícil, las emociones te nublan el juicio, los miedos te atrapan, caes en un abismo, una profunda oscuridad, comúnmente llamado duelo, yo lo describo de esa forma...
Ver a ese ser querido agonizar, como la vida se le va agotando, como cada respiración que da puede ser la ultima, la impotencia de no poder hacer nada, solo esperar que ocurra y te deje, justo en ese momento una nube muy gris se posa sobre ti y difícilmente se despeja tu cielo en mucho tiempo.
La muerte es parte de la vida, todos sabemos que vamos a morir, pero ¿estamos realmente preparados para dejar ir a una persona?
Y al día siguiente cuando todo está mas claro ¿Ahora que hago?...
Yo opte por vivir y seguir mi camino, aunque este camino se ha tornado medio espinoso y sangrante, es parte del aprendizaje, toca vivir y tratar de sonreír nuevamente.
Lo bueno de todo esto, es que las heridas sanan y raramente quedan cicatrices, pero los recuerdos siempre quedarán, los malos se dejan ir y atesoramos los buenos, permanecerán para siempre en nuestra memoria, hasta que nos toque la hora de partir.
@alannitansanto
No hay comentarios:
Publicar un comentario